Hoy recordamos a san Ramón Nonato (1204-1240). Lo llaman nonato porque no nació normalmente como cualquier niño, sino que fue extraído quirúrgicamente del vientre de su madre que estaba muerta. En Barcelona ingresó en la Orden de los Mercedarios. Viajó a África donde se entregó a la atención de los cautivos de los piratas berberiscos; tratando de protegerlos de los peligros para su fe. Incluso él mismo tuvo que soportar la cárcel y la tortura de que sellaran sus labios por ocho meses con un candado para impedirle la predicación. —Mira a tu alrededor: ¡todavía hay mucho que hacer! Jesús te espera ahí