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Estimado/a amigo/a:

En los próximos días —concluyendo la Pascua y retomando el tiempo ordinario— llegan importantes solemnidades del año litúrgico: la Ascensión, Pentecostés, la Santísima Trinidad, Corpus Cristi y el Sagrado Corazón de Jesús.

No son fiestas “nuestras” que celebramos con Dios, sino fiestas de Dios que Él celebra con nosotros. Es mi deseo acompañaros con unas palabras en cada una de estas celebraciones, adjuntando un breve comentario (uno por semana) y anticipando —mediante links— algunos de nuestros contenidos de evangeli.net.

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Con su Ascensión a los cielos, Cristo no desaparece, no nos abandona, no se ha ido a un lugar lejano… Es justo al revés: nunca Dios había estado tan cerca de los hombres como a partir de la Ascensión. Aquel día, por primera vez en la historia, un Cuerpo humano —el de Jesús— entra en el cielo, en la gloria de Dios. ¡Nunca antes esto había sucedido!

¡Estar en el cielo! No significa estar en otro planeta, sino entrar en un nuevo nivel de vida: el rostro humano de Jesucristo entra en intimidad divina con el Padre. Así, en comunión con el Padre, Jesús nos ve y nos asiste, en cualquier lugar y en cualquier tiempo. Vivimos, pues, un nuevo modo de la presencia de Jesús entre nosotros. Nos gustaría tocarlo y experimentarlo en su Humanidad, pero… ¡ahora tenemos algo más grande!: podemos “tocar” y vivir su Divinidad. El Espíritu Santo, la Eucaristía y la Palabra son el camino para “tocar” y vivir a este Jesús que, en su “irse” —en realidad— “ha venido”. ¡Dios es Dios!.

«Me voy y vuelvo a vuestro lado» (Jn 14,28), les había dicho Jesucristo. Los Apóstoles así lo experimentaron. De hecho, «ellos volvieron a Jerusalén llenos de alegría» (Lc 24,52). Al “Dios cercano”, a partir de aquel momento, lo podían “tocar” mejor que nunca. ¡Un gran don! que, al mismo tiempo, comportaba una gran tarea: ir al mundo entero para proclamar al Cristo Viviente (cf. Mc 16,15). ¿A todo el mundo? Esto era imposible e irrealizable. Pero lo hicieron, porque ahora Cristo Rey del mundo está con nosotros más que nunca.

Antoni Carol i Hostench, pbro.

 

(Coordinador General de evangeli.net)

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