Un equipo de 200 sacerdotes comenta el Evangelio del día
200 sacerdotes comentan el Evangelio del día
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Evangelio de hoy + breve explicación teológica
San Simón y san Judas, apóstoles
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)Hoy celebramos a Simón el Cananeo y Judas Tadeo. En las listas de los Doce siempre aparecen juntos. Simón recibe un epíteto diferente en las cuatro listas: Mateo y Marcos lo llaman "Cananeo"; Lucas lo define "Zelota". En realidad, los dos calificativos significan lo mismo: "ser celoso, apasionado".
Es muy posible que este Simón, si no pertenecía propiamente al movimiento nacionalista de los zelotas, al menos se distinguiera por un celo ardiente por la identidad judía y, consiguientemente, por Dios, por su pueblo y por la Ley divina. Si es así, Simón está en las antípodas de Mateo que, por el contrario, como publicano procedía de una actividad considerada totalmente impura. Es un signo evidente de que Jesús llama a sus discípulos y colaboradores de los más diversos estratos sociales y religiosos, sin exclusiones.
—El grupo de los Doce es la prefiguración de la Iglesia, en la que deben encontrar espacio todos los carismas, pueblos y razas que alcanzan su armonía en la comunión con Jesús.
San Simón y san Judas, apóstoles
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)Hoy consideramos también a Judas Tadeo (a quien no hay que confundir con Judas Iscariote). A Judas Tadeo se le ha atribuido la paternidad de una de las cartas del Nuevo Testamento que se suelen llamar "católicas" por no estar dirigidas a una Iglesia local determinada, sino "a los que han sido llamados, amados de Dios Padre y guardados para Jesucristo".
Esta carta tiene como preocupación central alertar a los cristianos ante todos los que toman como excusa la gracia de Dios para disculpar sus costumbres depravadas y para desviar a otros hermanos con enseñanzas inaceptables. El autor de estas líneas vive en plenitud su fe, a la que pertenecen realidades grandes, como la integridad moral y la alegría, la confianza y, por último, la alabanza, todo ello motivado sólo por la bondad de nuestro único Dios y por la misericordia de nuestro Señor Jesucristo.
—Ojalá que el apóstol Judas Tadeo nos ayude a redescubrir siempre la belleza de la fe cristiana, sabiendo testimoniarla con valentía.