Hoy celebramos a santa Escolástica, hermana de san Benito, fundador del monacato en Occidente. Escolástica fundó, a los pies de Montecasino, un convento para mujeres.

La única fuente histórica sobre la vida de santa Escolástica son los capítulos 33 y 34 del segundo libro de los “Diálogos” de San Gregorio Magno. El papa Gregorio cuenta de santa Escolástica que, “consagrada al Dios omnipotente ya desde la época de su infancia, acostumbraba a visitar a su hermano una vez al año” y que “pasaba mucho tiempo en santas conversaciones con él”. La última ocasión en que se reunieron fue toda una lección para san Benito. En efecto, queriendo él regresar a su convento, su hermana le pidió que se quedara todavía más tiempo, pero san Benito replicó que la regla no se lo permitía. “Aquella santa, al oír la negativa de su hermano (…) oró al Dios todopoderoso”. Entonces empezó a diluviar de tal manera “que ni Benito ni los hermanos que le acompañaban pudieron salir de aquel lugar”.

—Ante el disgusto del santo, su hermana replicó: “Te lo pedí y no quisiste escucharme; rogué a Dios, y me escuchó”.