Un equipo de 200 sacerdotes comenta el Evangelio del día
200 sacerdotes comentan el Evangelio del día
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Evangelio de hoy + breve explicación teológica
Los Santos Inocentes, mártires
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)Hoy, sobre el pesebre de Belén se cierne ya la sombra de la cruz. La anuncian la pobreza del establo, la profecía de Simeón sobre el signo de contradicción y la espada destinada a traspasar el alma de la Virgen, y la persecución de Herodes, que causará la muerte de los niños Inocentes Mártires y hará necesaria la huida de la Sagrada Familia a Egipto.
El Hijo de Dios —la Palabra eterna— se ha hecho tan pequeño como para estar en un pesebre. Se ha hecho niño para que Dios esté a nuestro alcance. Él nos enseña así a amar a los pequeños; amar a los débiles; respetar a los niños. El Niño de Belén nos hace poner los ojos en todos los niños que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos.
—En todos ellos, es el Niño de Belén quien nos interpela. En estos días navideños, oremos para que el resplandor del amor de Dios acaricie a todos estos niños.
Cultura de muerte. El aborto
REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos del Papa Francisco) (Città del Vaticano, Vaticano)Hoy también a los niños, y a los niños por nacer, les amenaza el egoísmo de quienes sufren la sombra de la desesperanza en su corazón, la desesperanza que siembra miedo y lleva a matar.
Hoy también nuestra cultura individualista se niega a ser fecunda, se refugia en un permisivismo que nivela hacia abajo, aunque el precio de esa no-fecundidad sea sangre inocente. Estamos influenciados por un “teísmo biodegradador” de lo humano; ese “teísmo spray” que pretende suplir a la gran Verdad (el Verbo que se ha encarnado). La propuesta cultural a replegarse sobre sí mismo en una dimensión egoístamente individualista se construye a costa de los derechos de las personas, de los niños. Esos son rasgos del Herodes moderno.
—Jesús “niño por nacer” nos convoca a la valentía. No queremos degradarnos en la “cultura facilista” que nos anula y que siempre —porque mata poco a poco— termina siendo cultura de muerte. ¡Queremos reivindicar la presencia de Cristo ya en el seno de su Madre!