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Evangelio de hoy + breve explicación teológica

Sábado 4 de Pascua
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Texto del Evangelio (Jn 14,7-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto (…). Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí (…)».

Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos del Papa Francisco) (Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy consideramos que Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, “rico de misericordia” (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina.

En la “plenitud del tiempo” (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cf. Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios.

—Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación.

Dios Padre

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy Jesucristo habla del Padre, descubriéndonos su intimidad divina. Con naturalidad, Cristo menciona a una Persona distinta de Él. Pero sus palabras muestran una sorprendente igualdad entre ambos: quien ve a Jesús también ve al Padre. Jesucristo nos pide que creamos esta misteriosa revelación.

Por la fe aceptamos este misterio. Pero podemos entender que no es imposible que Dios sea así: si es Amor, sería raro que existiera como un ser "solitario" (un "eterno solterón"). Para amar debe haber "otro". El nombre de "Padre" hace referencia a ese "Otro" (el Hijo, también eterno), porque sólo se es padre si hay un hijo. Es una Persona-Padre infinita: es pura Paternidad. Esa paternidad le hace distinto del Hijo, pero, a la vez, le une al Hijo: están tan infinitamente unidos, que el Hijo está en el Padre y el Padre en el Hijo.

—Creo en Dios Padre, creo en Dios Hijo, creo en Dios Espíritu Santo. Creo en Dios Uno y Trino.