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Evangelio de hoy + breve explicación teológica

12 de agosto: Santa Juana Francisca de Chantal, religiosa
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Texto del Evangelio (Mc 3,31-35): En aquel tiempo, llegan la madre y los hermanos de Jesús, y quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?». Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Santa Juana Francisca de Chantal, religiosa (1572-1641)

Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)

Hoy es la fiesta de santa Juana Francisca de Chantal, y escuchamos precisamente a Mc 3,31-35 porque esta santa tenía una disposición del alma muy parecida a la de Santa María, a quien supo imitar. San Francisco de Sales fue su director espiritual (desde 1604) en el estado de casada, de viuda y de religiosa. La formó en la humildad, ella que era de familia noble; y en la obediencia, ella que en el mundo estaba acostumbrada a dar órdenes.

La aceptación de la voluntad de Dios, con espíritu de obediencia, mansedumbre y humildad, modeló a la Orden de la Visitación que ella fundó con la ayuda del santo obispo de Ginebra. Escribe en su Regla: «La humildad es la fuente de todas las otras virtudes. No pongáis límites a la humildad y haced de ella el principio de todas vuestras acciones». La Visitación se inspiró en la escena evangélica de la visita de la Virgen María a su prima santa Isabel, modelo de caridad activa y humildad: la orden promovía una vida equilibrada entre la contemplación y la acción. Juana fundó 87 monasterios durante su vida, viajando incansablemente por Francia.

—Santa Juana Francisca de Chantal (canonizada por Clemente XIII, en 1767) es considerada una de las grandes figuras del catolicismo francés del siglo XVII. Su vida fue una constante respuesta a la llamada de Dios como esposa y madre ejemplar, como viuda entregada al servicio de los demás, y, finalmente, como fundadora de una de las congregaciones femeninas más influyentes de su tiempo.