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Evangelio de hoy + breve explicación teológica

13 de agosto: San Máximo el Confesor
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Texto del Evangelio (Mt 5,13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra (…). Vosotros sois la luz del mundo (…). Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos».

San Máximo el Confesor (579-662)

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy quiero presentar la figura de uno de los grandes Padres de la Iglesia de Oriente. Se trata de un monje, san Máximo, al que la tradición cristiana le otorgó el título de Confesor por la intrépida valentía con que supo testimoniar —"confesar"—, incluso con el sufrimiento (cruel mutilación de la lengua y de la mano derecha), la integridad de su fe en Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Máximo nació en Palestina. Desde su adolescencia se orientó a la vida monástica y al estudio de las Escrituras. De Jerusalén se trasladó a Constantinopla y de allí, a causa de las invasiones bárbaras, se refugió en África, donde se distinguió por su gran valentía en la defensa de la ortodoxia.

Había surgido la teoría según la cual Cristo sólo tenía una voluntad, la divina. Para defender la unicidad de su Persona, negaban que tuviera una auténtica voluntad humana. Pero san Máximo comprendió inmediatamente que esto destruía el misterio de la salvación, pues un hombre sin voluntad no es verdadero hombre, es un hombre “amputado”.

—Para san Máximo esta concepción no es una especulación filosófica; la ve realizada en la vida concreta de Jesús, sobre todo en el drama de Getsemaní. En la agonía de Jesús, en la angustia de la muerte, de la oposición entre la voluntad humana de no morir y la voluntad divina que se ofrece a la muerte, en este drama se realiza todo el drama humano, el drama de nuestra redención.