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Evangelio de hoy + breve explicación teológica

28 de agosto: San Agustín, obispo y doctor de la Iglesia
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Texto del Evangelio (Mt 23,8-12): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros no os dejéis llamar “Rabbí”, porque uno solo es vuestro Maestro (…)».

San Agustín, obispo y padre de la Iglesia (354-430)

REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano)

Hoy celebramos el Padre más grande de la Iglesia latina, san Agustín: hombre de pasión y de fe, de altísima inteligencia y de incansable solicitud pastoral. Es el que ha dejado el mayor número de obras (más de mil publicaciones, entre las que destacan las “Confesiones”, “La ciudad de Dios”, “De Trinitate”, “Retractationes”…). Fe y razón son “las dos fuerzas que nos llevan a conocer”. Son célebres sus dos fórmulas con las que expresa esta síntesis coherente entre fe y razón: “Cree para comprender” y “comprende para creer”.

La presencia de Dios en el hombre es profunda y misteriosa, pero puede descubrirse en la propia intimidad: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti”; “Tú estabas más dentro de mí que lo más íntimo de mí”. San Agustín fue un hombre que nunca vivió con superficialidad; la sed, la búsqueda inquieta y constante de la Verdad es una de las características de fondo de su existencia: “A mí me parece que hay que conducir de nuevo a los hombres a la esperanza de encontrar la verdad”...

—A la Verdad, que es Cristo mismo, se dirige una de sus oraciones más hermosas: “Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Y he aquí que tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y fuera te buscaba yo, y me arrojaba sobre esas hermosuras que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo…”.