Bodas de Caná
Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos (Jn 2,1-2)

Jesús enseña en la sinagoga de Cafarnaúm y expulsa un demonio
Al llegar el sábado Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar (…). Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar (…). Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él». Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él (Mc 1,21-26)

Jesús sana a la suegra de Simón Pedro
Cuando Jesús salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó (Mc 1,29-31)

Jesús calma la tormenta
Él, habiéndose despertado, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla, enmudece!» (Mc 4,39)

Multiplicación de los panes
Él mandó a la gente acomodarse sobre la tierra y, tomando los siete panes y dando gracias, los partió e iba dándolos a sus discípulos para que los sirvieran (Mc 8,6)

El endemoniado de Gerasa
Le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos». Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara -unos dos mil- se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar (Mc 5,12-13)

Jesús resucita a la hija de Jairo
Llegan de la casa del jefe de la sinagoga diciendo: «Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?». Jesús (…) dice al jefe de la sinagoga: «No temas; solamente ten fe» (…). Y tomando la mano de la niña, le dice: «Talitá kum», que quiere decir: «Muchacha, a ti te digo, levántate». La muchacha se levantó al instante y se puso a andar (Mc 5,35-36.41-41)

Jesús expulsa un demonio
Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios (Lc 11,19-20)

Resurrección de Lázaro
Quitaron, pues, la piedra. Entonces Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: «Padre, te doy gracias por haberme escuchado (…). Que crean que tú me has enviado». Dicho esto, gritó con fuerte voz: «¡Lázaro, sal fuera!». Y salió el muerto (Jn 11,41-44)

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