Un equipo de 200 sacerdotes comenta el Evangelio del día
200 sacerdotes comentan el Evangelio del día
Contemplar el Evangelio de hoy
Evangelio de hoy + homilia (de 300 palabras)
No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.
Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?».
«Es preciso orar siempre sin desfallecer»
Rev. D. Pere CALMELL i Turet (Barcelona, España)Hoy, Jesús nos recuerda que «es preciso orar siempre sin desfallecer» (Lc 18,1). Enseña con sus obras y con las palabras. San Lucas se nos presenta como el evangelista de la oración de Jesús. Efectivamente, en algunas de las escenas de la vida del Señor, que los autores inspirados de la Escritura Santa nos transmiten, es únicamente Lucas quien nos lo muestra rezando.
En el Bautismo en el Jordán, en la elección de los Doce y en la Transfiguración. Cuando un discípulo le pidió «Señor, enséñanos a orar» (Lc 11,1), de sus labios salió el Padrenuestro. Cuando anuncia las negaciones a Pedro: «Yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca» (Lc 22,32). En la crucifixión: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). Cuando muere en la Cruz: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu», del Salmo 31. El Señor mismo es modelo de la oración de petición, especialmente en Getsemaní, según la descripción de todos los evangelistas.
—Puedo ir concretando cómo elevaré el corazón a Dios en las distintas actividades, porque no es lo mismo hacer un trabajo intelectual que manual; estar en la iglesia que en el campo de deportes o en casa; conducir por la ciudad que por la autopista; no es lo mismo la oración de petición que el agradecimiento; o la adoración que pedir perdón; de buena mañana que cuando llevamos todo el cansancio del día. San Josemaría Escrivá nos da una receta para la oración de petición: «Más consigue aquel que importuna más de cerca... Por tanto, acércate a Dios: esfuérzate por ser santo».
Santa María es modelo de oración, también de petición. En Caná de Galilea es capaz de avanzar la hora de Jesús, la hora de los milagros, con su petición, llena de amor por aquellos esposos y llena de confianza en su Hijo.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Haz lo que puedas, y lo que no puedas, ¡pídeselo a Dios!» (San Agustín)
«La oración nos cambia el corazón. Nos hace comprender mejor cómo es nuestro Dios. Pero para esto es importante hablar con el Señor, no con palabras vacías» (Francisco)
«(…) Jacob (…) lucha una noche entera con ‘alguien’ misterioso que rehúsa revelar su nombre pero que le bendice antes de dejarle, al alba (cf. Gn 32,25-31). La tradición espiritual de la Iglesia ha tomado de este relato el símbolo de la oración como un combate de la fe y una victoria de la perseverancia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.573)