Un equipo de 200 sacerdotes comenta el Evangelio del día
200 sacerdotes comentan el Evangelio del día
Contemplar el Evangelio de hoy
Evangelio de hoy + homilia (de 300 palabras)
Porque jamás vacilará. El recuerdo del justo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor. Reparte limosna a los pobres; su caridad dura por siempre y alzará la frente con dignidad.
«Vosotros sois la luz del mundo»
Rev. D. Josep FONT i Gallart (Getafe, España)Hoy, el Evangelio nos hace una gran llamada a ser testimonios de Cristo. Y nos invita a serlo de dos maneras, aparentemente, contradictorias: como la sal y como la luz.
La sal no se ve, pero se nota; se hace gustar, paladear. Hay muchas personas que “no se dejan ver”, porque son como “hormiguitas” que no paran de trabajar y de hacer el bien. A su lado se puede paladear la paz, la serenidad, la alegría. Tienen —como está de moda decir hoy— “buenas radiaciones”.
La luz no se puede esconder. Hay personas que “se las ve de lejos”: Santa Teresa de Calcuta, el Papa, el Párroco de un pueblo. Ocupan puestos importantes por su liderazgo natural o por su ministerio concreto. Están “encima del candelero”. Como dice el Evangelio de hoy, «en la cima de un monte» o en «el candelero» (cf. Mt 5,14.15).
Todos estamos llamados a ser sal y luz. Jesús mismo fue “sal” durante treinta años de vida oculta en Nazaret. Dicen que san Luis Gonzaga, mientras jugaba, al preguntarle qué haría si supiera que al cabo de pocos momentos habría de morir, contestó: «Continuaría jugando». Continuaría haciendo la vida normal de cada día, haciendo la vida agradable a los compañeros de juego.
A veces estamos llamados a ser luz. Lo somos de una manera clara cuando profesamos nuestra fe en momentos difíciles. Los mártires son grandes lumbreras. Y hoy, según en qué ambiente, el solo hecho de ir a misa ya es motivo de burlas. Ir a misa ya es ser “luz”. Y la luz siempre se ve; aunque sea muy pequeña. Una lucecita puede cambiar una noche.
Pidamos los unos por los otros al Señor para que sepamos ser siempre sal. Y sepamos ser luz cuando sea necesario serlo. Que nuestro obrar de cada día sea de tal manera que viendo nuestras buenas obras la gente glorifique al Padre del cielo (cf. Mt 5,16).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«De nuevo se refiere al mundo, al orbe entero; luz que hay que entenderla en sentido espiritual. Con estas palabras, insiste el Señor en la perfección de vida que han de llevar sus discípulos» (San Juan Crisóstomo)
«Vosotros, que habéis acogido en vuestro corazón el mensaje salvador de Cristo, sois, pues, sal de la tierra porque habéis de contribuir a evitar que la vida del hombre se deteriore o que se corrompa persiguiendo los falsos valores» (San Juan Pablo II)
«La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el anuncio del Evangelio y para la misión de la Iglesia en el mundo. Para manifestar ante los hombres su fuerza de verdad y de irradiación, el mensaje de la salvación debe ser autentificado por el testimonio de vida de los cristianos (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.044)