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Contemplar el Evangelio de hoy

Evangelio de hoy + homilia (de 300 palabras)

12 de septiembre: El Santísimo Nombre de María
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Texto del Evangelio (Lc 1,26-27): En aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

«El nombre de la virgen era María»

Rev. D. Joan PERERA i Faura (Santuari de Núria, Girona, España)

Hoy, celebrando el Santísimo Nombre de María (que significa “Estrella del mar”), la veneramos no sólo por admiración y el asombro que nos produce. La alabamos porque Ella ha abierto el camino del reencuentro del hombre con Dios. Líder para guiarnos hacia la vida verdadera, la vida de dignidad humana que nos ha enseñado Cristo, la vida del amor auténtico.

Sus vivencias fueron fuertes, ya desde jovencita: un embarazo inesperado, un prometido que no sabía si dejarla, la posibilidad de ser acusada de adulterio, el viaje hacia “la montaña” para ayudar a su prima Isabel… Y después, la ida a Belén a punto de dar a luz, el parto en condiciones de forastera, la sorpresa de unos pastores y de unos reyes que adoraban al Niño.

Más tarde, el Hijo se pierde y lo encuentra conversando con los sabios, y Ella sin entenderlo. Ya mayor, Jesús marchándose a predicar y enfrentándose a las autoridades religiosas, con el peligro que eso suponía. Y, finalmente, viéndolo ir hacia la cruz, ensangrentado y desfalleciendo.

María, en todas estas situaciones, siempre respondió con esperanza y serenidad, confiando en Dios, frecuentemente sin entender qué pasaba. Ahora apliquemos esto a nuestras vidas: ante las cosas que no entendemos, ¿las ponemos en manos del buen Dios? ¿O, más bien, batallamos con Dios para que lo ponga todo a favor nuestro? ¿Queremos un Dios que sea nuestro criado, o nos hacemos —como María— pequeños siervos de Dios?

¡Contemplemos a María! Más que “hacer”, María “deja hacer”. Deja que Dios guíe los temas conflictivos y punzantes. ¡Cuántos conflictos se ahorraría el mundo, si dejásemos que Dios condujera los retos! Tal como nos recomienda san Bernardo, «si se alzan los vientos de las tentaciones, si tropezamos en los escollos de la tribulación, mira a la estrella, invoca a María (…). Con su favor, llegarás a buen término y experimentarás con qué acierto dice el Evangelio: ‘El nombre de la virgen era María’ (Lc 1,27).

Compañera de camino, María, “Stella maris”, ayúdanos a seguir de corazón y con generosidad tus pasos de fidelidad, confianza y generosidad.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «“María” significa “estrella del mar”, y muy apropiado para la Madre Virgen. Porque, así como la estrella envía sus rayos sin destruirse ella misma, así también la Virgen dio a luz a su Hijo sin ningún daño: el Hijo no disminuyó la integridad virginal de la Virgen» (San Bernardo)

  • «Todos los cristianos estamos invitados a percibir en el nombre de María el gran proyecto que Dios tuvo sobre esta criatura excelsa y, al mismo tiempo, la respuesta de amor que, como Madre, dio a su Hijo Jesús, colaborando, sin ahorrar esfuerzos, en su obra de salvación» (Francisco).

  • «La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María, incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo ‘lejos de disminuir consagró la integridad virginal’ de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la “siempre-virgen”» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 499)