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Contemplar el Evangelio de hoy

Evangelio de hoy + homilia (de 300 palabras)

6 de febrero: San Pablo Miki y compañeros, mártires
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Texto del Evangelio (Mt 28,16-20): En aquel tiempo, los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Y al verle le adoraron; algunos sin embargo dudaron. Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

«Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo»

Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

Hoy celebramos a san Pablo Miki y compañeros, mártires de Japón en el siglo XVI. Ellos, como los once apóstoles en el día de la Ascensión de Jesucristo (cf. Mt 28,17), también fueron al “monte”: en su caso fue el “monte” de la crucifixión, acaecida en la ciudad de Nagasaki. En la conmemoración de los mártires —parafraseando unas palabras del Papa Francisco— se cumple más que nunca aquello de que la historia de la Iglesia «es gloriosa por el hecho de ser historia de sacrificios».

La narración del martirio de estos santos describe el ambiente de oración cuando estaban crucificados y todavía vivos: ¿qué mejor adoración que aquella confiada oración, cuando estaban dando testimonio de amor a Dios por encima de todo, incluso de su propia vida? «El hermano Martín entonaba algunos salmos para dar gracias a la bondad divina, y añadía el versículo: “In manus tuas, Domine”. También el hermano Francisco Blanco, con voz muy clara, daba gracias a Dios (…)» (de un autor coetáneo; “La Historia del martirio de los santos Pablo Miki y compañeros").

Además, la misma narración nos cuenta como Pablo Miki —desde la cruz— aprovechó hasta el último instante para tratar de acercar a los propios verdugos a Dios: «Yo perdono de buen grado al rey y a todos los que me matan, y les ruego que quieran iniciarse en el bautismo cristiano». Toda situación, toda circunstancia, por más adversa que parezca, de una manera u otra, es una oportunidad para evangelizar. En efecto, «los males de nuestro mundo no debieran ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor: mirémoslos como desafíos para crecer» (Papa Francisco). Ayuda no nos faltará nunca; Jesús no nos envía a la misión de cualquier manera. Él nos ha dicho: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Cristo me lleva a perdonar a mis enemigos y todos los que me han hecho mal. Perdono de buen grado al soberano y a todos los que son causa de mi muerte, y les ruego que buenamente quieran iniciarse en el bautismo de Cristo» (San Pablo Miki)

  • «El Señor viene en la Eucaristía para sacarnos de nuestro individualismo, de nuestras particularidades que excluyen a los demás, para formar con nosotros un solo cuerpo, un solo reino de paz en un mundo dividido» (Benedicto XVI)

  • «El mandato misionero. ‘La Iglesia, enviada por Dios a las gentes para ser “sacramento universal de salvación”, por exigencia íntima de su misma catolicidad, obedeciendo al mandato de su Fundador se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres’ (Concilio Vaticano II)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 849)