Un equipo de 213 sacerdotes comenta el Evangelio del día
213 sacerdotes comentan el Evangelio del día
Contemplar el Evangelio de hoy
Evangelio de hoy + homilia (de 300 palabras)
«Brille vuestra luz delante de los hombres»
Rev. D. Pablo CASAS Aljama (Sevilla, España)Hoy celebramos a san Carlo Acutis, conocido como el “ciberapóstol” de la Eucaristía. Él fue un joven que comprendió desde muy temprano que la verdadera felicidad sólo se encuentra en Dios. «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré» (Jn 6,54): Carlo, con una fe sencilla pero profunda, descubrió en la Eucaristía su “autopista hacia el cielo”, como él mismo solía decir. Carlo no se conformaba con asistir a misa, sino que adoraba largamente a Jesús sacramentado, convencido de que la fuente de toda santidad brota del Sagrario.
Su pasión por la tecnología la puso al servicio del Evangelio (“sal de la tierra”), elaborando una exposición digital sobre los milagros eucarísticos que sigue tocando corazones en todo el mundo. Sin embargo, su amor a Cristo no estaba separado de su amor a la Virgen María. Cada día encontraba tiempo para rezar el Rosario, convencido de que esta oración era el camino más seguro para llegar al cielo. Para él, el Rosario era como un “GPS espiritual” que lo guiaba en la amistad con Dios y le daba fuerza para vivir la caridad en lo cotidiano. Carlo sabía que quien se confía a la Madre nunca queda desorientado.
En sintonía con esta experiencia, el Papa León XIV nos recordaba que el Rosario no es solo una devoción mariana, sino también un camino profundamente cristológico, porque «condensa en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico». Esta enseñanza ilumina la vida de Carlo, que no veía en el Rosario una repetición mecánica, sino un verdadero encuentro con Jesús a través de los ojos y el corazón de su Madre.
El testimonio de san Carlo Acutis es actual y desafiante: en medio de la cultura digital, nos invita a poner la tecnología al servicio del bien, a redescubrir la centralidad de la Eucaristía y a dejarnos guiar por María en el camino hacia la santidad: «Brille así vuestra luz delante de los hombres» (Mt 5,16).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios» (San Carlo Acutis)
«Hoy vivimos en una cultura nueva, profundamente marcada y construida con y por la tecnología: depende de nosotros, de ustedes, asegurarnos de que esta cultura siga siendo humana» (León XIV)
«Del conocimiento amoroso de Cristo es de donde brota el deseo de anunciarlo, de "evangelizar", y de llevar a otros al "sí" de la fe en Jesucristo. Y al mismo tiempo se hace sentir la necesidad de conocer siempre mejor esta fe» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 429)
Otros comentarios
«La luz del mundo»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)Hoy celebramos el “santo de la globalización”: Carlo Acutis. Mucho se sospecha de la “globalización”, algo que en sí es una gran oportunidad para los cristianos. El primer “globalizante” fue Jesucristo: con su “mandatum novum” de la caridad, con la misión apostólica universal y con la institución a perpetuidad de la Eucaristía.
Veamos el alcance del mayor mandamiento: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39), y el prójimo es cualquier “próximo” a mí, sea quien sea, esté donde esté. Además, este mandamiento —ya conocido en el Antiguo Testamento— fue redimensionado cuando el Señor nos dio la medida del amor: «Como yo os he amado» (Jn 13,34).
Además, Cristo nos “envía” para ser “sal de la tierra” y “luz del mundo”: «Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16,15). Los Apóstoles y los primeros cristianos hicieron lo que podían hacer en aquel tiempo: a ritmo del andar, a ritmo de caballo o a ritmo de barco.
Veintiún siglos después, un apóstol “milenial” —nuestro san Carlo Acutis—, asumió el mandato del Señor con dos grandes medios: internet y la Eucaristía (en realidad, la misma Eucaristía es el “primer internet” de la historia). Sí, antes de que se popularizara internet ya existía la gran red de amor que fluye del Corazón abierto de Cristo: la Eucaristía. Carlo fue un enamorado de la Eucaristía. Y, porque compartía los anhelos del Corazón de Jesús, se sirvió de internet para difundir la devoción eucarística. Por eso, Carlo es conocido como el “ciber-apóstol milenial”.
La difusión de la Palabra de Dios ahora corre a la velocidad de la luz. ¡Nada más y nada menos! El Amor no tiene límites, ni de espacio ni de velocidad: es cuestión de horizontes, amplios como los del Corazón de Cristo. Por cierto, otra característica de la velocidad del amor es el “primerear”: Santa María, tan pronto como tuvo noticia, “primereó” yendo a casa de Zacarías para auxiliar a santa Isabel. —Tú también puedes primerear, ¡siempre con oración!, y con internet muchas veces.